Ecuador y Colombia analizan el estado de la concha prieta

La problemática del recurso concha prieta/piangua (Anadara tuberculosa) se analizó durante la Reunión del Comité Técnico Binacional del Acuerdo Colombia–Ecuador sobre Pesca Artesanal. El evento se celebró en Guayaquil del 11 al 15 de agosto del presente año.

Delegados del Instituto Nacional de Pesca (INP) del Ecuador, entidad adscrita al (MAGAP) y la Autoridad Nacional de Acuacultura y Pesca (AUNAP) de Colombia discutieron la información técnica presentada por ambas instituciones, con el propósito de proponer medidas que frenen el deterioro del recurso.

Carlos Borda, delegado por la AUNAP, señaló que alrededor de 15 mil personas se dedican a la extracción de este recurso, asociado a las raíces del manglar, en Colombia. Al igual que en Ecuador, el número de personas dedicadas a la recolección aumenta a través de los años. Esto provoca una disminución en la población de la concha prieta o piangua.

Según Borda, en Colombia se captura 80 por ciento de conchas por encima de lo recomendado. Alrededor del 85 por ciento de estas capturas se destina al mercado ecuatoriano.

Juan Moreno dijo que en Ecuador el escenario es parecido. Alrededor de 3 mil concheros salen diariamente a recolectar, esto conjuntamente al deterioro de los manglares provoca que el recurso escasee cada vez más. En la actualidad se recolecta menos del 50 por ciento que en años anteriores.

Mientras que Ecuador establece una talla mínima de captura de 45 milímetros, en Colombia es de 50 milímetros. Los expertos señalan que es importante unificar los criterios, así como la metodología de trabajo, para establecer medidas que mitiguen la sobreexplotación de la concha prieta.

En este escenario, y atendiendo a la importancia socio económica de este recurso, los expertos proponen realizar un proyecto de investigación conjunto que apunte a su repoblación.

El INP estableció acercamientos con expertos internacionales para la obtención de larvas de concha prieta producidas en laboratorio para analizar la posibilidad de repoblar áreas priorizadas, resultantes de los estudios que realizarán ambas instituciones.


 

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